En algún momento de nuestras vidas todos podemos llegar a
sentir que sobrepasamos nuestro ser, no sé si a alguien le ha pasado, pero a mi
sí, es como esta necesidad extrema de desconectarse; con todos estos aparatejos
electrónicos “que facilitan la vida” nace una nueva distribución del tiempo:
80% contacto con teléfonos inteligentes
20 % para cosas humanas básicas (comer, dormir, respirar)
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjV2IZK_FVRpJFSOTyIC7n4pO_ZHChT9ZWJalxu0h-HbTOekBC_Sdybm1E-tdlS27amm8tkpHKubDbnt9xG8qauEiLx4Cziyf-TGWob4gdqBmFKokXBlFr-hEzeNfGeXbUmoZXNA0CMnMY/s1600/tumblr_lgshw8Lu4p1qc2kz1.gif)
Basar nuestras vidas en una interacción virtual que
eventualmente se convierte en vacía, no tiene sentido…O me van a decir que no
conocen a esa gente que les llega hablando de la siguiente manera:
Hola como estas?
Bien y tu?
Bien
---Fin de la conversación-------
Se ven en la calle y no se saludan si quiera por la mera
curiosidad de confirmar que de verdad son humanos y no muñecos de cera… Un saludo,
una conversación siempre es más que eso, no es sólo Hola como estas? Es un HOLA
¿CÓMO ESTAS? ES UN GUSTO VERTE Y SABER QUE ESTÁS BIEN
Lo más triste de todo
es que a esto vamos: a una interacción cada vez más vacía, soy una rebelde, no
me acostumbro. Con lo lindo que es tomarse un café, tomarse un gran respiro en
cada amanecer y agradecer por lo que tenemos.
Cuando me siento saturada de lo tecnológico simplemente
desaparezco, me gusta ver películas, hablar, leer comer y sobre todo compartir así
sea un pedazo de pan que al parecer será la único que comeremos de ahora en
adelante.
RIP HARINA PAN