La travesía

Hola! que tal están? sin duda tengo mucho que contarles por lo que he pasado estas ultimas semanas. Previsto desde el año pasado finalmente salí de Venezuela bajo un trayecto que sólo puedo dominar "travesía"

Siempre he viajado sola, de algún modo u otro desde pequeña me han enseñado a andarme con cuidado y me he acostumbrado un poco a eso, sin embargo, no me imaginaria con lo que me tocaría lidiar y aun así con la increíble suerte que logré tener.

Todo comenzó yo confiando en la vida y el destino como siempre tenía fecha de salida con Avianca el 7 de Agosto, dos semanas antes sale la aerolínea del país llamando un cese de operaciones inmediato, por lo que mi hermano tuvo que pedir el reembolso total del boleto ya que la aerolínea no ofreció otra solución, realmente mal manejado esta situación a nivel comunicacional, pero bueno dejaré ese tema para otra entrada.

Ya lánguida entre todas las circunstancias del país, las protestas, la falta de medicamentos, el mal transporte, la falta de comida, de efectivo, problemas de comunicación con el internet estaba en la cama de mi cuarto viendo el techo pensando: listo, aquí me quedé.

Mi hermano que es un poco más positivo que yo, logró hacer lo imposible, conseguir un pasaje económico en fecha de temporada alta para Buenos Aires saliendo desde Bogotá justo para dos días antes del itinerario original. Me paso el ticket y comencé a arreglar todo para salir del país justo esa semana ya que debería salir del país por tierra por la inestabilidad de los pasajes aéreos.

Salí de Maracaibo el Jueves por la noche, llegando a Táchira en la madrugada, allí me encontré con mi prima y su esposo, quienes me acompañaron a la frontera colombo-venezolana y me guiaron. Al llegar a San Antonio no me lo podía creer, unas 5 cuadras de cola para pasar de un lado al otro del Saime y el sellado del pasaporte, una plaza entera de personas en fila serpenteante y uno 3 personajes sellando pasaporte con las ganas de vivir de Daria. 

Me sentí mal, por el hecho de que las autoridades no se conduelen realmente de nadie, estoy hablando de que estas personas estaban madrugando algunos pasaron la noche allí, otros no habían comido o venían recorriendo Venezuela desde lugares mas lejanos para ahorrar algo de dinero. Conseguí hacer la cola y pasar mi pasaporte para que lo sellaran, luego del otro lado mientras hacia el proceso de entrada a Colombia, mi prima y su esposo me buscaron el pasaje terrestre de Cucuta hacia Bogotá. 
Cambié un poco de dinero suficiente para llegar hasta Bogotá y unas 4 horas de espera después logré sellar el pasaporte de entrada. Me despedí de mi prima y su esposo, mientras en mi asombro seguía dando gracias a Dios de no ser la protagonista de la historia de terror de fulanito.

Porque se escuchan así

a fulanito se fue a comprar pasaje y dejo la maleta cuando regreso ya se la habían llevado de aquí
a fulanito lo agarro el cambio de guardia de los de inmigración Colombia y no le quisieron sellar el pasaporte porque no tenia el ticket del bus
a fulanito le dieron dolares falsos en Venezuela
Fulanito cambió con un tipo de aquí y lo robaron

En medio del agite, llegaron un grupo de colombianos cristianos y repartieron comida a todas las personas de la fila, cuando me entregaron un plato de sopa de pollo el sr me dijo: 
"Los venezolanos tienen que rezar mucho porque sólo a fe los hará fuerte para enfrentar las adversidades"

Sus palabras certeras me recordó a todos los errores que cometimos en el proceso y en la charla previa que tuve con mi padre antes de salir del país donde me pedía perdón por haber votado y creído en Chávez.

A Venezuela no la salva Trump, no la salvó Chávez, Maduro, mucho menos Ramos Allup ni Leopoldo, la salva su gente creyendo en su poder no en un personaje salvador ni en idolatrías exageradas. Todo esto espero lo lean con respeto es mi opinión.

Continué mi camino hasta Bogotá donde dormí poco o realmente nada, unos 2-3 dias casi sin dormir fue el poco precio que pague por la travesía, el camino desde Cucuta hasta Bogota tiene muchisimas curvas.

Llegando a Bogotá moría de frío destape la maleta y me lancé encima las bufandas y sueters que llevaba. Pare un minuto a desayunar y cambiarme y me encontré con un taxista bogotano muy amable y para nada malicioso que me aconsejo y me llevo luego hasta al aeropuerto compartiendo sus opiniones y un poco de su historia de vida. Creo que de algún modo a los latinos nos une profundamente ese sentimiento de calidez humana y familia que no la hay en todos lados. 





Llegando al aerpouerto me tome unas fotos con el para recordarlo y me dio su numero de tlf para ponerse a la orden cualquier cosa que necesitara y alli esperé mi salida. 

Aborde el avión con el mismo temor de siempre pero respirando profundo en que todo era para mejor y esa fue otra noche sin dormir, compartí asiento con una chica china que resulto ser colombiana y se sorprendió de que yo hablara español y no portugués jajajaja

Habia un equipo de voleyball brasileño que viajaba destino a Buenos Aires y la tripulación también hablaba portugués, llegué  a las 3:00 am y cambié dinero para movilizarme. Me senté justo un momento para digerirlo todo y avise a mis amigos y familiares que estaba ya en el destino. Tomé un taxi y llegue a casa de una amiga de mi hermano, quienes tienen una perrita adorable con un nombre sassy como Gigi, muy tremenda, juguetona y cariñosa me hizo recordar a mi Cocoa y Chabela que desde la distancia se hacen presentes. 


Caí patitiesa como hasta las 11 am del otro día y allí terminó la travesía y comenzó el viaje de esta nueva etapa.








 
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